miércoles, 6 de junio de 2012

Sofia

Se oyó una risa. Pero no era de alegria, más bien de placer. Pero no de un placer dulce, sino amargo y cruel. Estaba todo manchado de sangre. Se oyó un grito. La risa bajo de tono, despues la risa desapareció. Los dos cuerpos ensangretados en la cama a la mañana siguiente serian revisados por un forense. Toda esta escena la visualiza una niña. Una niña de no mas de seis años, tiene las ropas manchadas de sangre de los cuerpos de sus padres, y las manos atadas. El asesino la obligó a observar la escena. La chiquilla, aun muerte de miedo, lucho. ¿Pero que puede lograr una niña de seis años contra alguien que disfruta matando?