El caso es que nos habíamos pasado todo el día en casa simplemente estando uno la lado del otro, sin cruzar palabra. Yo dibujaba o pintaba y ella se sentaba a cierta distancia de mi y miraba lo que hacía, me ponía un poco nervioso pero me gustaba tenerla cerca, era agradable. Yo no me dí cuenta de que ella estaba ahí hasta que sonó un teléfono. Me giré y la vi dar un respingo. Se toqueteó los bolsillos hasta que encontró un aparatito pequeño negro. "¡¿Desde cuando Lucia tenía móvil?!", pensé. ¿Porqué me sorprendía? Lucia era todo secretos.
- Dime- contestó al teléfono seria.
Se escuchaba una voz masculina al otro lado del teléfono, parecía que sollozaba.
- No puedo volver ahora- me miró, se metió a una habitación, cerró la puerta y siguió hablando.
Yo, tan curioso como siempre, no pude evitara acercarme sigilosamente a la puerta y pegar la oreja a esta para ver si se escuchaba algo. ¿Acaso estaba en una película o qué? A pesar de que me acerqué a la puerta lo máximo que pude oír fue el nombre de la persona con quien hablaba, que se llamaba Héctor, y su tono de voz se oía muy preocupado y enfadado, pero sobre todo preocupado . Oí que se acercaba.
- Vale, gracias Hec..- dijo mientras abría la puerta y me encontraba a mi en cuclillas.
-¿Qué haces aquí, cotillo?- dijo ella colgando el teléfono y empujándome con el pié haciéndome perder el equilibrio y caer el suelo, estallando así ella en carcajadas.
Por muy enfadado que estuviera, el sonido de su risa me calmaba.
Me acomodé en el suelo y ella se sentó a mi lado.
- ¿Te vas?- le pregunté preocupado de perderla.
- No lo se- dijo ella alzando la mirada-. Espero que no.
- ¿Porqué te tendrías que ir?
Sonrió sin mirarme. Sabía que no me lo iba a decir.
- Todo...
-... llegará en su momento- dije interrumpiéndola, acabando la frase.
Me levanté.
- Solo espero no perderte- le dije sin pensar ofreciéndole la mano para ayudarla a levantarse.
Me sonrió sin decir palabra. El resto del día no cruzamos palabra, seguimos como si no hubiera pasado nada. Por la noche, noté como entraba ne mi habitación y se metía en mi cama. Apoyaba su cabeza en mi pecho, cogía mi brazo y rodeaba con el su cintura. Me dio un beso en la mejilla y se durmió. Al día siguiente, ella despareció dejando a su paso solamente una carta encima de mi mesilla de noche. Al principio no quise leerla, estaba, muy enfadado con ella. ¿Porqué se habría ido? Está pregunta me reconcomió durante días, y movido por la curiosidad la leí (¡¿porqué soy tan cotilla?!).
que si te lo decía a la cara no ibas a dejar de hacerme
preguntas y al final no podría irme.
Ha ocurrido algo en mi casa y tengo que volver,
te mandaré una carta cuando sepa que va a pasar.
Siento que debo recompensarte por mancharme
de esta forma, por ello creo que debo decirte al menos
porque me he ido.
Mi hermana, Sophia, esta muy enferma y es probable que...
Bueno, ya sabes a que me refiero. Sophia es mi hermana
pequeña, nos llevamos un par de años de diferencia.
Fue a su causa por la que quise conocerte.
Siento dejarte con ganas de saber más pero me tengo que marchar.
Espera por mi carta, te explicaré lo que pueda.
Con mucho cariño, Lucy
dejando una carta a mi paso. Lo siento, se que mis
disculpas no serán suficientes pero espero que
mis respuestas a las preguntas que te han estado rondando
la cabeza si lo sean.
Creo que lo mejor para que entiendas todo será que empiece desde
principio: me llamo Lucy Rose Williams y tengo 20 años. Si, se que
dije que tenía 16 pero soy de tu misma edad. Soy bailarina
profesional, es por eso que sigo pareciendo una quinceañera.
Mi hermana Sophie, la cual acaba de morir hace un par
de días era la que tenía 16. Sophie no es mi hermana de sangre,
mi madre se casó con un tipo viudo que había perdido a su
mujer de leucemia, la misma enfermedad por la cual a muerto mi hermana,
después de la boda vino a recogerme a Inglaterra
para sacarme del basurero en el que vivía.
Ahora vivo en Madrid con ella, mi padrastro y mi hermanastro Hector.
Hector era el mellizo de Sophie, ha estado cubriéndome todos estos
meses para que mis padres no me buscaran.
Soy prima ballerina del Royal Ballet de Londres, ahora mismo estoy de
baja por una torcedura de tobillo, pero aun así el dinero no era un
problema.
Espero haber resuelto alguna de tus dudas, pero seguramente te
habrán surgido más dudas que antes. No se que va a pasar a partir de
ahora, aunque se que nos reencontraremos en un futuro.
Con deseos de volver a verte, Lucy.
P.D.: Estate atento al correo.