Hola :) Nunca pensé que llegaría a escribir tantas partes, pero lo estoy haciendo y estoy contenta de mi trabajo. Aunque muy poca gente me lea, me gusta lo que escribo y me gusta el simple hecho de escribir. Gracias a los que me apoyais para seguir escribiendo y me dejais comentarios despues de cada parte os lo agradezco.
P.D.: Esto solo ha sido un aparte... Ahora continúo con lo mío...
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- ¿Te acuerdas lo qué te conté acerca de mi padre?- asentí- Pues es cierto que mi padre fuera un borracho y mi madre se fuera porque la pegara, pero hace un par de años mi madre volvió a por mi.
Si eso era cierto no entendía por que había huido de su casa, me contó que había sido culpa de los continuos golpes de su padre. Frente a mi cara de sorpresa continuó.
- Mi madre había conseguido una gran fortuna, es la directiva de una de las mayores multinacionales del mundo. Me contó que sentía haberme abandonado de esa forma, pero que para que yo pudiera escapar de las garras de mi padre tuvo que hacerlo. La he perdonado a medias, pero al menos ya no estoy con el borracho de mi padre.
- Eso no me explica nada -repliqué.
- Si... Explica de donde he sacado el dinero- dijo tocandóme la nariz con su dedo indice.
- ¿Entonces tu madre sabe dónde estas?
- No- dijo con un tono despreocupado.
- Entonces sigo sin explicarme de donde sacas el dinero...
- ¡¿De dónde sacas esa relación?!
- Pues que no entiendo como tu madre no te viene a buscar si sacas el dinero de su cuenta y si tampoco le has dicho donde estabas...
- ¡Alto! Yo no te he dicho que saque el dinero de su cuenta...
- Entoces... esto... no entiendo nada... creo que estoy más confundido que antes...
Su risa me hizo olvidarme de esa confusión por un momento. Acerco su frente a la mia, y susurro un te quiero a pocos centímetros de mi boca. Despues, me besó.
¡¿Cuántos besos iban ya en una sola tarde?!
El resto de las vacaciones fueron más tranquilas. No descubrí nada nuevo acerca de Lucía, pero tampoco lo necesitaba. Estaba a su lado viendola sonreir dia y noche y no podía existir cosa en el mundo que me hiciera sentir..., es que no se ni que palabra usar, no tiene palabras ese sentimiento.
Volvimos a casa de nuestras vacaciones 10 días despues. Los pintores hicieron un gran trabajo, la casa quedó realmente preciosa. Lucía y yo parecíamos una pareja de enamorados adolescentes. Nos besabamos, ibamos de la mano a todos lados, eramos pegajosos... Lucía me hacía olvidar a Alicia, y a la vez me hacía extrañarla. Se parecía tanto a ella, que eran sus ojos verdes los que me hacían darme cuenta que era diferente. Sus ojos y sus besos. Alicia y yo nos besamos, pero nuestros besos no me aceleraban el pulso, no hacían temblar mis piernas, y mucho menos me provocaba estas aguilas imperiales en el estomago. Me estaba enamorando y eso me daba miedo, porque sabía muy poco de la vida de Lucía. Sabía que su madre tenía dinero y ya, nada más. Sabía como era ella, ella era risueña, sonreía por todo y siempre veía el lado positivo de las cosas, ella era despreocupada y desvergonzada, bailaba y cantaba por la calle como si estuviera en casa frente a su espejo. También tenía sus menos, tenía un caracter muy fuerte, si ella decía que tenía la razón quien lo iba a discutir, era muy sincera, a veces demasiado. No daba a conocer lo que pensaba, a pesar de que fuera muy expresiva. Te demostraba que le pasaba algo pero nunca te decía el porque. Me encantaría meterme en su cabeza y saber lo que piensa.
Mi vida era más complicada con ella a mi lado, pero en el sentido positivo. Hacía que no fuera monótona, me hacía sentir, me hacía sentirme vivo. Y tres meses despues de volver de vacaciones, de hacer que me enamorará perdidamente de ella, de vivir un montón de experiencias que hacian estallar a los dragones de mi estomago, se marchó.
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