Despues de que Lucia se metiera en el cuarto, cerre mi puerta dando un golpe y me metí en la cama de mal humor. Me desperté de golpe, miré el reloj, las cinco de la mañana. Me di la vuelta he intenté seguir durmiendo. Un estruendo hizo que me levantara de la cama sobresaltado. Me dejé caer de nuevo en la cama. Volví a oir otro golpe. Me pregunté por Lucia. Decidí levantarme y comprobar que pasaba. Cuando salí de mi cuarto, me encontré a Lucia sentada en el suelo con una botella de vodka en la mano. ¡¿Pero esta niña de donde ha sacado una botella de alcohol?!
- Lucia, ¿estas borracha?- le pregunté.
Ella me miró e hizo un gesto con los dedos juntado un poco el pulgar y el dedo indice y guiñó uno de sus ojos.
- ¿Porque has bebido?
Apartó mi mirada y se encogió de hombros. Se intentó levantar chocandose con la puerta y se tropezó tras dar un par de pasos volviendo al suelo riendose como una niña. Me acerqué a ella, la cogí en brazos tras forcejear con ella y ella repetir un "No" muy abstracto. La llevé a su cuarto y la meti en el baño. La metí en la bañera tal cual y abrí el grifo. Gritó como una niña de nuevo. Cerré el grifo. Fui a su armario y cogí un chandal que había y un conjunto de ropa interior. Entré otra vez en el baño y la vi intentando salir de la bañera sin conseguirlo. Era divertido verla, pero reprimí mi sonrisa. La ayudé a salir, le dejé el chandal y la ordené que se cambiara. Salí del baño cerrando la puerta. A los diez minutos ella saliò con la sudadera puesta como pantalones y los pantalones como sudadera. La ayudé a colocarse bien la ropa y a meterla en la cama. Cuando estuvo dentro, la besé en la frente y me dirigí a la puerta pero ella me retuvo cogiendome del brazo.
- No te vayas- me dijo con ojos suplicantes-. Quedate hasta que me duerma.
Accedí.
Tras una hora, me levanté para irme pero el agarre de Lucia aumentó.
- Mi primer coche tenía una cola muy divertida y cada vez que llegaba a casa hacía brum...- murmuraba Lucia dormida-. Yo quiero un perro rojo al que cada vez que le pise el acelerador ladre...
Lucia estaba como una cabra, hacía que mi sonrisa saliera sola. Siguió murmurando cosas sin sentido, hasta que en un momento dado dijó algo que me dejó completamente sorprendido:
- Josh, lo siento, siento mis mentiras... pero necesitaba conocerte...
Cabreado me levanté de la cama saliendo de la habitación lo más rápido que pude dejando la puerta abierta para no despertarla.
¡¿Me estaba mintiendo?!¡¿Y que era eso de que necesitaba conocerme?! Si la había encontrado en mi casa...
No entendía absolutamente nada, estaba demasiado confundido. Ya la preguntaria al día siguiente.
jueves, 7 de noviembre de 2013
EN EL MES DE FEBRERO (XII)
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